Revista Gente, 7 de Agosto de 2001, edición Nro 1881
Detrás de un gran éxito... el mundo de los chiquititos
Es cosa de varita mágica: Chiquititas, sexto año, 95.417 almas en 44 funciones. De varita mágica o de cuento de hadas, sí. Pero sucede al alcance de la mano: en la calle Corrientes, en el Gran Rex. Y eso, sólo por hablar de este año. Porque sumados los que ya fueron, las almas (y las almitas) pasan del millón. Qué, quién, cómo, cuándo, por qué? Las seis preguntas clave del periodismo agotan su exigencia, y agregan: cuál es la fórmula?
La fórmula es tan simple como difícil: amor, talento, trabajo y respeto a los chicos.
EL BOOM POR DENTRO. El día empieza una pizca después de las 12. A esa hora, dos combis pasan a buscar a cada uno de los chicos-actores por su casa. A la una y media y moneditas están en el teatro. Y en sus camarines. Cuartos que no sólo tienen espejo y luces, porque Luis (Willy para todos) los ha inundado de hamburguesas, papas fritas, tortas, frutas y golosinas. Lleva seis años en eso, y sabe que teclas tocar...
En el comedor, mientras esperan el gran momento (apagón, luces, acción), los protagonistas miran la tele, se sacan chispas en los metegoles sin off side, recalientan los flippers, ruedan en sus scooters (monopatines de diminutas ruedas y de última moda), ensayan coreografías y se cuentan la aventura de sus breves vidas.
- A camarines, a peinarse y maquillarse!- anuncian los asistentes Haydée y Carlos.
Después, una voz en off pone los cinco sentidos alerta:
-En quince minutos a escena!
Saludo-cábala unánime, y los pequeños pies ponen proa al escenario.
LA VOZ CANTANTE. Ella (la creadora y alma máter del fenómeno) es Cris Morena. Y dice: "Para equiparar el éxito de otros años, decidimos arrancar con todo estas vacaciones de invierno. Por eso filmé Chiquititas, Rincón de luz en San Martín de los Andes, con Romina Yan y Facundo Arana. Ya la vieron más de 950mil espectadores, y también editamos la banda de sonido de la película. Y como si fuera poco, volvimos al teatro con Chiquititas 2001: una nueva historia, y la vuelta, después de tres años, de Agustina Cherri, y otra vez como Mili, que ahora queda atrapada en un mundo sin sueños y víctima del odio, la maldad y egoísmo de la malvada Lidia (María Rojí). Lo más emocionante? Lo mismo desde hace seis años: chicos que se paran, gritan, se ríen, bailan, aplauden, como si fueran los protagonistas. Acaso no lo son?"
LOS NUMEROS CANTANTES. La versión 2001 de este menú inagotable no tiene cifras fáciles de imitar: 19 actores, 26 temas cantados, 380 trajes, 24 cambios de escenografía y 100 personas trajinando entre bambalinas para que nada falle. Y esta vez, con apoyo electrónico de última generación: un proyecto traído desde Francia que reemplaza los ayer engorrosos cambios de telones, luces láser, efecto de teatro negro, una pileta gigante y cuatro ascensores. Todo, en nombre de la magia...
Ya de noche, a eso de las siete y media, y después de dos funciones a sala explotando ("Hasta el marco", se dice en la jerga teatral), los actores vuelven a sus casas para ser, allá, lo mismo que fueron aquí: chicos jugando. Pero antes deben atravesar una muralla de fans que agitan fotos, osos de peluche y cartas para sus ídolos, nombrados también en las vinchas de colores que coronan las frentes. Cosas de la fama. Que no es puro cuento, como algunos dicen.