Revista “Chiquititas” edición n° 120, de 2001

En el corazón de la peli

    Desde el set de filmación de Villa La Angostura, te contamos toda la intimidad del rodaje y te contamos cómo viven este momento lo chicos del elenco.

    Las jornadas de trabajo comienzan muy temprano, son largas y laboriosas, pero el espíritu de camaradería y la buena onda no decaen en ningún momento. Hay indicaciones y consejos para los chicos. Cris, charla junto a Romi y Nadia. La producción prepara el set de filmación para que no haya fallas.

 Un lugar paradisíaco

    El rincón de Villa La Angostura que la producción eligió para el rodaje de la película es un verdadero paraíso. Está ubicado en el claro de un bosque, sobre la ladera de una montaña y a orillas del majestuoso lago Espejo. En este lugar funciona habitualmente el Lago Espejo Resort. Mientras dure la filmación, este fabuloso edificio alpino, ahora remodelado y adaptado al libro, servirá como escenario de una historia maravillosa.

La peli en números

    Prestá atención porque todos los números de esta película son sorprendentes: el vestuario, por ejemplo, está compuesto por más de 400 prendas. Cuando se termine la filmación, se habrán utilizado 75 mil metros de película. Esto equivale, nada menos, que a ¡75 kilómetros!

    El equipo que todos los días trabaja en el set está integrado por 65 personas. Sólo nos queda por decir que lo que viene... será sencillamente espectacular.

Hora de recreo

    Entre escena y escena, los chicos se hacen tiempo para la diversión. Tali, Nadia y Luisana se copan con un clásico de clásicos: saltar la soga. Obviamente, el que pierde tiene prendas. Camila tiene debilidad por los autodefinidos y los crucigramas (siempre gana con ayuda). Nunca llega al set sin un revijuegos en la mochila. Los chicos se dedican a tomar mate, contar chistes y a planear una buena pesca de truchas.

    No todo es trabajo allá en la Patagonia. En sus momentos libres, los chicos aprovechan al máximo para divertirse: metegol, guerra de almohadas, juegos en la pileta, saltar a la soga, hacer crucigramas... Y sí, también firmar algunos autógrafos. Para divertirse, todo vale.

El vestuario

    Para que te des una idea de lo variada que es la ropa que usan los personajes, podemos decirte que, como mínimo, cada uno de ellos tiene siete cambios. Lo bueno es que cada una de las 400 prendas se confeccionaron de modo artesanal. Primero, para que las telas luzcan avejentadas, se las tiño por medio de un proceso manual. Después, las vestuaristas, con sus diseños en mano, encendieron las máquinas.

Salón de belleza

    El sector de maquillaje, peluquería y vestuario se improvisó en una cabaña, cercana al set, rodeada de pinos. Allí es donde trabajan los encargados de caracterizar a los personajes. Antes de parase frente a las cámaras, todo el elenco pasa por la cabaña.

    Retoques de peinados y maquillaje. Puntadas de último momento. Ningún detalle queda librado al azar. Cada escena es sumamente cuidada. Los resultados están a la vista: un set maravilloso, un vestuario de primera y un equipo de trabajo que da lo mejor de sí. Preparáte, la película va a ser ¡impresionante!

Cábalas y recuerdos

    Para seguir cerca de casa, la mayoría de tus ídolos se trajeron algunos recuerdos. Y también algunas cábalas:

    Cami, fanática del rojo, llegó a la Patagonia con un banderín de Independiente (dice que es lo mejor para la suerte) y además, le regalaron una camiseta. Tampoco olvidó su remera estampada con la cara de Axel Rose , el líder de los Guns´n Roses. Luisana vino con las manos vacías pero asegura que rezando todas las noches se siente más cerca de su familia. Fede metió en la valija una camiseta de Los Piojos y otra de Boca. Titán, su compañero de cuarto, llegó con la de River y tiene como amuleto ponerse el perfume de Sebastián; lo mismo hace Agustín. Tali nunca se va de viaje sino es con “nono”... ¿Qué es esto? La funda de una almohadita que usaba cuando era más chica. La que se vino con todo un álbum de fotos es Nadia. El papá, la mamá, los amigos, los tíos... no falta nadie. Mili prefiere hablar por teléfono con sus padres todos los días.

Ellos trajeron recuerdos, pero se van a llevar muchos más.     

  Volver                                                                                                     Principal